La comedia mexicana y el éxito de Franco Escamilla, la suerte, el talento, el diablo o trabajo constante y liderazgo.

La pandemia, nos ha mantenido concentrados en todo lo que sucede a su alrededor, de cuidarnos, preocuparnos por el futuro incierto y nos ha alejado de otros sucesos a nuestro alrededor, uno de ellos es el gran éxito del primer mexicano comediante y latino que se presentó en el prestigioso escenario del Carnegie Hall en febrero pasado, teniendo localidades agotadas y demostrando que los nacidos en esta tierra, tenemos todo para triunfar en donde se nos dé la gana. Ese hombre es Franco Escamilla, nacido en Cuautla y naturalizado regiomontano, sin más parafernalia que solo su voz y su manera especial de contar situaciones, abarrotó el famoso escenario, dando el primer paso para qué, espero, muchos más Standuperos nacionales puedan triunfar en el extranjero.

Pero este tipo, ¿quién es? y sobretodo porqué representa la frescura de la comedia mexicana, atreviéndose a enseñarle a los “gringos”, como un mexicano puede hacer un Stand Up de calidad. Franco Escamilla le ha enseñado a hacer chiles a Clemente Jacques. (perdón, pero vengo de la época donde esa marca dominaba los escabeches enlatados, hoy pongan la marca que prefieran, por cierto, que aquí podría estarse anunciando.)

Recuerdo la primera vez que llegó a mí un video de Franco Escamilla gracias a el algoritmo de YouTube. «Las tres Neuronas». una rutina de Stand Up que en el momento de mi vida -pasaba por una crisis emocional- pudo sacarme de lo absorto de mis pensamientos. Reí como hacía mucho tiempo no lo había logrado, después asumí que tal vez me dejé llevar por mi estado emocional. Así que busqué el video y lo repetí.

Y sucedió algo que solo había visto en una ocasión anterior en mi vida: Morí de risa y hubo un misterioso click que no sentía hace tiempo desde que escuché el primer cassette de otro comediante: Polo Polo. Con un speech muy diferente al segundo, Escamilla me retrata en su rutina, a ti, a ese que va caminando por la acera de enfrente, a la mayoría de todos los hombres, así somos. La mente varonil funciona de una forma extraña.

Su comedia no era improvisada, Franco sabía perfectamente que decir, cómo moverse en el escenario con esas tablas que solo te da la constancia en un trabajo, de conocer lo que haces, pero además aplicando el timming correcto, relatando de manera graciosa el día a día de quien le escucha. Situaciones tales como: Comprar un sofá, una mudanza, los celos de la pareja por aquella exnovia o de cómo hacíamos relaciones interpersonales en tiempos de un precario internet, sin las apps de citas de hoy en día.

La comedia en México por lo regular ha sido domesticada, nació en el pueblo desde aquellas carpas donde Cantinflas, Medel, Tin-Tán, Marcelo, Pardavé, Manolín y Schilinsky y muchos otros, fueron descubiertos para llevarlos a las pantallas grandes y durante la época de oro del cine mexicano brillaron con fuerza, luego vendría la televisión que, a su manera, mantuvo el mismo status de cómo desarrollar la risa, siempre siguiendo los buenos modales, costumbres y jamás la palabra altisonante.

A la par en el país vecino, los clubes de comedia comienzan su expansión en los Estados Unidos, y quien participa crea una rutina donde lanza un Speech, sobre situaciones cotidianas, naciendo el Stand Up, pero que en realidad no se adecúa a la realidad mexicana, aquí el cuenta chistes es un éxito y sobretodo el Show Man, aquel quien puede contar chistes, tocar instrumentos y cantar. Así dominan la escena Raúl Vale, El Hueso, Tony Flores, Jorge Falcón y el propio Polo Polo es el rey.

Sin embargo, Franco Escamilla rompe ese estereotipo, curiosamente no nació artísticamente comediante, sino que, aferrado a ser trovador, encontró su voz en el Stand Up y adecúa de manera sorprendente el Speech a lo que vivimos al día a día, a contar las situaciones que en muchas ocasiones son simpáticas pero que no las contamos, curiosamente parte de su éxito fue gracias al aprovechamiento de las redes sociales, con una visión de la cual todos (y se puede decir todos, por como lo cuenta Franco, de que sus compañeros le insistían en que no subiera sus monólogos a YouTube), solo fueron simples espectadores, mantuvo una constancia y dedicación la cual le llevó a convertirse en un éxito, abriendo el camino a todos los demás.

Por eso era extraño que ante el éxito aplastante de la app china Tik-Tok, se haya mantenido al margen. Mientras Erika Buenfíl y algunos otros tomaron la plataforma como suya y han obtenido fuertes dividendos, tanto de seguidores como patrocinios, el morelense parecía despreciarla. Los cortos de sus monólogos incluso han hecho famosos a varios tiktokers, que le han copiado el atuendo y hasta mujeres como Karen Escamilla gozan de muchos seguidores mientras estos imitadores usan la voz de Franco.

Sin embargo, dejamos pasar por alto que cuando se es el mejor comediante mexicano, (aunque les duela), no puedes entrar haciendo lo mismo que todos, de ninguna manera. Decía el polémico Muhammad Ali que cuando eres tan grande, es muy difícil ser humilde. Por eso Franco Escamilla llega a Tik-Tok con lo mejor que sabe hacer: Un monólogo inédito a subirlo este próximo 4 de octubre, rompiendo esquemas y ampliando sus redes sociales.

Estoy seguro que después de disfrutar del monólogo del 4 de octubre, el creador de la Diablo Squad nos tendrá muchas más sorpresas, y al final del mismo, parafraseando aquella famosa frase de Jurassic Park, diremos: El hijo de perra lo volvió a hacer.

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