Pixar encuentra nuevas formas de representar algo tan trascendente, y también tan común, como la vida y la muerte. A través del viaje de Joe Gardner el protagonista de Soul, descubrimos por lo que vale la pena vivir cada momento al máximo.
SI AÚN NO HAS VISTO SOUL EN Disney+, TEN EN CUENTA QUE ESTA CRÍTICA CONTIENE SPOILERS.
Joe Gardner ha llegado a un dilema bastante clásico para quienes están en el mundo del trabajo: ¿sigues la seguridad o la pasión? Joe (con la voz de Jaime Foxx) elige este último, decidido a seguir su sueño de ser músico en una banda de jazz, como su padre antes que él. Joe inicialmente parece tan normal como su nombre. Un hombre alto y corpulento de sueños incumplidos y desilusiones de la mediana edad, pasa sus días tratando de inspirar a sus estudiantes de banda distraídos y malhumorados mientras se aferra a sus propias fantasías de estrellato.
Obtiene su oportunidad cuando hace una audición para el cuarteto de Jazz de una famosa saxofonista, llamada Dorothea Williams (una excelente Angela Bassett), transportándola brevemente a ella y a la película a un estado de pura felicidad musical. Dorothea lo contrata para tocar; Joe no puede creer su buena suerte. Pero luego, en un instante, desaparece, junto con todo lo demás, cuando sufre una caída fatal y aterriza en algún lugar de un vacío oscuro y sin forma.
Ese vacío resulta ser el gran golpe conceptual y tecnológico de “Soul”, una visión de la eternidad que pronto se profundizará para revelar puertas ocultas y dimensiones sorprendentes. La historia aterriza en «El gran antes», un espacio «antes de la vida» en lugar de una vida después de la muerte, la creación de todas las cosas en lugar de la destrucción.
Es aquí donde Joe conoce a 22 (Tina Fey), un alma aún por tomar forma que no tiene interés en ir a la Tierra, y se convierte en el trabajo de Joe para negociar su regreso a la tierra. Pero la película va más allá de retomar un tema ya muy bien usado en otras ocasiones, cómo: «En el cielo puede esperar», explora múltiples preguntas sobre la vida y su propósito, y cómo a veces la practicidad y la satisfacción no se excluyen mutuamente.
El último largometraje de Pixar, Soul, es un atisbo de un tipo de película de Pixar radicalmente diferente, una que se siente cómoda tomando un respiro, animando material más “mundano”, en una paciente contemplación. Inmediatamente entra con una representación amorosa del acto de tocar música, y es a través de la misma que vamos desentramando estos conceptos sobre el propósito de vida, el sueño y la pasión.
Joe, por supuesto, está más que convencido de su propio propósito: el jazz es su pasión y su alma. Y si «Soul» finalmente se siente un poco demasiado cuidado para lograr la sublimidad salvaje e improvisada que busca, su respeto por el compromiso de Joe es innegable. Está ahí en la rigurosa atención de la película a los detalles musicales, en la exquisita precisión con la que los dedos de Joe se deslizan por el teclado, sincronizando sus movimientos con las notas que escuchamos. El mejor y más matizado aspecto de «Soul» es la forma en que afirma el llamado de Joe al mismo tiempo que lo controla suavemente y proporciona la dosis necesaria de perspectiva.
La dirección y su equipo de artistas encuentran nuevas formas de representar algo tan trascendente, y también tan común, como la vida y la muerte. Al igual que las otras almas que encuentra en una escalera mecánica cósmica hacia el otro mundo, Joe está representado aquí como una abstracción linda, difusa, de malvavisco; algunos rasgos, que incluyen anteojos y un sombrero de fieltro, sugieren vestigios de su cuerpo terrenal. Lo mismo ocurre con la voz de Foxx, que le da forma y sentimiento vívidos a un avatar del inframundo.
Tal vez sea la cinta más sencilla de Pixar, Con su historia de la crisis de la mediana edad y mensajes nostálgicos sobre lo que significa todo, Soul es posiblemente la más adulta de las películas del estudio, a pesar de sus bromas para niños. Las grandes ideas de Soul parecen más orientadas a los adultos que crecieron viendo Pixar y aún recurren a él en busca de orientación y consuelo, que a los pequeños que descubren la magia de Pixar. por primera vez.
Pero la lección persistente de «Soul», es una hermosa e imperfecta película sobre las hermosas imperfecciones de la vida, por lo que vale la pena vivir cada momento al máximo. Deja de esperar, «Soul» nos susurra suavemente: Simplemente comienza a vivir.
Fer Cervantes 